Medio de Argentina revela contenido del informe que Bullrich le entregó a Tohá sobre presencia de Hezbollah en la región

La ministra del Interior, Carolina Tohá, junto a la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich.

La Ministra de Seguridad trasandina le habría hecho una “fuerte advertencia” a su homóloga chilena sobre la actividad del grupo islamista en la “triple frontera andina” que conforman Chile, Perú y Bolivia, según el documento al que tuvo acceso en forma exclusiva el diario 'Clarín'.


“Le dejé un informe confidencial. Ella va a ser la encargada de hablar de este informe”, dijo la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, tras reunirse este jueves con la ministra del Interior, Carolina Tohá, para dialogar sobre temas de seguridad y especialmente sobre la presencia del movimiento terrorista Hezbollah en la región.

Ambas secretarias de Estado participaron en el foro “Recuperar un país seguro”, al que también asistió el exmandatario de Colombia, Iván Duque, antes de ser parte del Encuentro Nacional de la Empresa (Enade) 2024.

Durante la tarde, Tohá afirmó que los antecedentes sobre Hezbollah entregados por la ministra argentina “son cosas que conocemos y bastante generales”.

El contenido del informe fue publicado en exclusiva por el diario Clarín, donde se señala que Bullrich se refiere a la actividad del grupo islamista en la “triple frontera Andina” que conforman Chile, Perú y Bolivia.

“Se puede identificar la actividad de Hezbollah en el área de la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, con centro neural en Ciudad del Este. Este eje habría ido rotando o al menos se ha diversificado. Hoy se toma en cuenta también la “triple frontera Andina” conformada por Chile, Perú y Bolivia; y la “triple frontera marítima” compuesta por los puntos de Colón (Panamá), Maicao (Colombia) y Punto Fijo (Venezuela)”, indica el documento a cuyo contenido accedió el medio transandino.

Carolina Tohá y Patricia Bullrich en Enade. Foto: Andrés Pérez

El documento de Bullrich afirma que hay “indicios” de que “tanto Irán” por su “injerencia político comercial” como el grupo Hezbollah, a través de “actividades ilícitas”, “han aumentado su capacidad de acción en distintos puntos estratégicos de Latinoamérica” y cita casos puntuales relevantes en Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Colombia.

Las informaciones presentadas dan cuenta de la presencia del clan Barakat en la región, uno de ellos, Hatem Ahmad Barakat, presunto financista de Hezbollah vinculado con el atentado terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de 1994 en Buenos Aires.

Según Clarín, el informe de Bullrich indica que Barakat “viajó a Chile para recolectar fondos destinados a Hezbollah, y a principios de 2003, se informó que era un accionista importante en al menos dos negocios en Iquique, Chile”. Y que su hijo, Ali Hatem Barakat residiría legalmente en Chile pese a registrársele en Foz do Iguazú, según consigna el medio transandino.

Luego la autoridad argentina afirma que “la hermana de Hatem Ali, Maysaa, viviría también en Iquique. Y que en Chile, Alí fue dueño de dos negocios: Importadora Dakotas Limitada e Importadora y Exportadora Montreal Limitada hasta junio de 2015 cuando liquidó ambos”. Luego agrega que, durante su mandato en ambas empresas, su copropietario era un hombre llamado Ahmad Droubi. “A través de Droubi, se pudo identificar otra red de contactos simpatizantes con Hezbollah, del clan Rachid, que residirían en Santiago y Arica”, enfatiza.

Clarín asegura que se firma un afincamiento de estos grupos sobre todo en Iquique, a través empresas de importación y exportación, “que servirían como organizaciones fachadas o empresas fantasmas, como Saleh Trading Ltd”. O también, señala el informe de Bullrich, a través de Barakat Import Export Ltda., donde “habrían desarrollado operaciones de blanqueo de capitales para financiar al grupo extremista”.

En el texto de Bullrich también se señala que en 2014, en lo que se denominó caso Abbas, se identificó al ciudadano Alí Chahine, con pasaporte estadounidense y libanés, en el territorio nacional. “De acuerdo a la misma fuente, Chahine sería parte del brazo armado del Hezbollah”, asevera.

En el documento se detalla, según el medio argentino, que el 5 de mayo de 2014, luego de ingresar a Chile por el aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez, Chahine se trasladó hacia la ciudad de Arica, y tras permanecer allí días viajó a Bolivia por tierra para regresar el 14 de mayo. “Allí se habría reunido con dos ciudadanos libaneses de apellido Abbas. El 18 de mayo abandonó Chile con destino a Estados Unidos”. Asimismo, el texto sostiene que “se sospecha que, en La Paz, mantenía un depósito con explosivos a ser utilizado contra objetivos israelíes. No se pudo determinar el paradero de Chahine, pero se habría evitado que se llevara a cabo un atentado a un hostel en La Paz”.

Patricia Bullrich entregó informe a Carolina Tohá. Foto: Andrés Pérez

Sospechas con avión iraní y nombres de terroristas

Según el informe hay sospechas también en torno a las presuntas redes de Hezbollah en Chile con un avión de la iraní Maham Air, operado por la empresa venezolana Conviasa, que hizo al menos cinco vuelos entre Caracas y Santiago. Maham Air, que es la misma compañía del Boeing decomisado en Argentina a Emtrasur Cargo y enviado a Estados Unidos desde el aeropuerto argentino de Ezeiza, en febrero pasado, está sancionada por EE.UU. Allí la acusan de transportar armas, personal, recursos y equipos de organizaciones terroristas como Hezbollah y Fuerzas Quds. En esa aeronave, la que operaba con Chile, el Presidente Nicolás Maduro realizó el viaje a Teherán en 2022, según el reporte de Clarín.

En el informe de Bullrich también se identifican nombres y paraderos de sujetos vinculados a las actividades del grupo Hezbollah.

Uno de ellos es Eduardo Rubén Assad, alias Sheik Suhail Assad, con múltiples ingresos a Chile. Lo señalan como argentino, nacido en 1975 y como “discípulo de Mohsen Rabbani”, uno de los iraníes acusados como responsables del ataque a la AMIA y con alerta roja de Interpol. Assad está registrado en la base de datos GEMS del Terrorist Screening Center del FBI, de acuerdo al texto al que accedió Clarín.

El medio agrega que en Santiago, Assad habría estado relacionado con el Centro Islámico de Chile, en Las Condes, desde principios de los 2000, hasta mediados de la década pasada.

Assad estaría “íntimamente vinculado a los servicios de inteligencia de Teherán y a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica”. Y en realidad “viviría en Irán y el Líbano” y diferentes fuentes lo apuntan como “el organizador de una red de apoyo y reclutamiento por cuenta de Hezbollah en América Latina”, según el informe de la ministra de Seguridad argentina y que recoge Clarín.

También se señala que en el documento se afirma que Assad tiene al menos nueve entradas a Chile desde Argentina desde 2006 hasta 2020. Y, según el sitio Terror Control citado por el informe de Bullrich, es “un militante de la Unidad de Relaciones Exteriores, que se desempeña como detector de candidatos y reclutado por la Yihad Islámica desde hace años en Latinoamérica, inclusive en Perú, Panamá, Argentina, Colombia y Venezuela”.

También, el medio señala que, de acuerdo al texto, el terrorista estableció una red de operativos en Argentina, que incluía a su propia familia. Agrega que según el exfiscal argentino Alberto Nisman, una figura clave en esa red fue Abdul Karim Paz, cuñado de Assad y el líder religioso de la Mezquita Buenos Aires At-Tawhid. Clarín indica que Abdul Karim Paz, nació en Argentina, en realidad bajo el nombre de Santiago Paz Bullrich.

Además de Perú, Chile y Argentina, Assad continuó con la “exportación de la Revolución Islámica” a América Latina, según cita Clarín del informe que la ministra de Seguridad de Argentina entregó a la titular del Interior.

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